Desconcertante Día sin IVA

En esta semana completé 3 meses de escribir este blog, donde reemplacé temporalmente a ghnino.com, el blog donde he escrito durante más de 10 años. En este nuevo ejercicio, he expresado durante las últimas semanas mi gran angustia por las cifras de la economía colombiana. En mi calidad de economista, analista e historiador, veo con muchísima preocupación los indicadores macro de nuestro país. Por esas razones, estoy completamente perdido y desconcertado sobre lo que pasó en el primer Día sin IVA en Colombia.



Según las cifras de universidades y prestigiosos analistas, 7 millones de colombianos que habían llegado a la clase media volverán a la pobreza. El desempleo alcanzó en abril cifras negativas nuca antes vistas. El Banco de la República señala que el actual trimestre será el peor en los 200 años de historia republicana de nuestro país. En ese escenario, el gobierno ha ido de tumbo en tumbo, con medidas muy tímidas frente a la magnitud de la crisis. Cada vez veo con más pesimismo la poca capacidad de respuesta del presidente Duque y las autoridades económicas.



Mi más reciente análisis fue sobre el subsidio a las nóminas. Cuando el gobierno esperaba peticiones de ayuda por 2 billones de pesos, solo se pidieron 0.8 billones. Yo atribuí la menor cifra a la cantidad de trabas que puso la reglamentación oficial, pero también al hecho simple que ya muchas empresas habían desaparecido cuando llegó la tardía ayuda. La evidencia empírica de mucha gente conocida pidiendo ayuda, de empresas emblemáticas cerrando, de los mariachis en la calle, de los gritos de auxilio de gente pidiendo comida en las calles, lo ratificaban.



Por eso, cuando el gobierno pronosticó que los 3 días sin IVA iban a reactivar la economía en 2.4 billones, sonreí para mí mismo con gran pesimismo. Pensé que si el gobierno creía en 0.8 billones para el primer día, la realidad sería mucho menos, algo así como 0.3 billones. La economía y los indicadores así lo pronosticaban. Portafolio sacó el viernes en la mañana del Día sin IVA una serie de aterradores indicadores económicos, que lo dejaban a uno frío y preocupado.



Cuál sería mi sorpresa, desconcierto e incredulidad cuando comenzaron a aparecer las primeras imágenes del Día sin IVA! Decenas de miles de personas abarrotaban los almacenes de electrodomésticos, a tal punto que los guardas y policías eran insuficientes para contener las multitudes. Más desconcertante aún, las fotos y los post en redes sociales mostraban que la gran mayoría de compradores eran personas de clase media y baja. La alcaldía de Bogotá debió cerrar almacenes por aglomeraciones, no en Unicentro ni en zonas del norte de Bogotá, sino en sectores muy populares de la ciudad, como Venecia, Suba y San Victorino.

Cuando se conocieron las cifras, quedé todavía más desconcertado. 6 millones de compradores se gastaron cada uno cerca de un millón de pesos, para un gasto total en un solo día de 5 billones de pesos. 1400 millones de dólares. El equivalente a 6 veces el subsidio a la nomina de todas las empresas del país en mayo. Lo necesario para comprar 250 millones de mercados o 2500 millones de tapabocas. Todavía no lo puedo asimilar. Y este consumo vino en altísimo porcentaje de un sector de la población que supuestamente estaba al borde del colapso.



Me atreví a escribir un post sobre esta contradicción en un grupo grande de empresarios en Facebook, donde he leído en los últimos meses cientos de historias de empresarios que debieron cerrar sus negocios. Otra vez, reacciones sorpresivas. Ratificando que entendían que los compradores eran gente de estratos bajos, me cuestionaban mi preocupación: "!Déjenlos que hagan lo que quieran con su plata! !Bastante han sufrido, tienen el derecho a comprar un televisor! !No sea tan clasista!" Nadie se preguntó de donde sale esta inmensa cantidad de plata. !1400 millones de dólares, por Dios! Total, mi post fue vetado y bajado del grupo de empresarios, por solicitud de varios miembros, muy demócratas, amplios de espíritu y tolerantes con las opiniones ajenas, que lo clasificaron como clasista e inoportuno. Mi comentario se refería igualmente a que no podíamos generalizar que "los colombianos" nos enloquecimos comprando, pues la aglomeración fue en alrededor de 80 sitios, mu claramente identificados. No fue una conducta general.

Yo sigo sin entender. ¿De donde salió esta gran cantidad de dinero? ¿Qué está pasando realmente en la economía? ¿Tenemos un país paralelo que no conocemos? ¿Estamos mucho mejor que lo que dicen las cifras oficiales? No tengo respuestas y lo peor es que el debate se fue por otro lado. La alcaldesa de Bogotá, criticando al presidente Duque. Los periodistas, haciendo análisis poco pertinentes. Mis colegas empresarios, viviendo todavía de la romántica idea de "pobrecitos los del sur", cuando la evidencia muestra algo distinto. Me declaro ignorante. Y por lo visto, para muchos, clasista. 




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