Gasto público a la lata
Juan Lozano propone hoy mayor velocidad del gobierno para tomar medidas que ayuden a palear la crisis. La verdad, yo pienso que mientras el presidente Duque sigue manejando muy bien la crisis, ojalá otros funcionarios estén pensando en el diseño del país que tendremos a partir de mayo.
Coronavirus y chorros de gasto público
En blanco y negro
Juan Lozano
"El martes es fin de mes. Día de pagar sueldos o quincenas. Noto quedadas a las autoridades económicas en la adopción de medidas para contener la pérdida de empleos y el colapso del aparato productivo. Los veo atrapados en el análisis-parálisis. Y se notan quedadas en el contraste, porque en la adopción de las medidas de coyuntura para contener el contagio del virus y sobre todo en las medidas para evitar el hambre, el Gobierno ha actuado con prontitud y el Presidente ha asumido un liderazgo notable.
Bien por Duque. Ese que acometió era el orden correcto de las acciones. Primero la vida, la salud y la mitigación del hambre. En efecto, los recursos para las familias en acción, para los jóvenes en acción y para los adultos mayores han fluido adecuadamente.
El subsidio y los apoyos para los independientes tienen serios problemas de identificación y contacto de beneficiarios y aunque los fondos se encuentran garantizados, la micro gerencia de esos beneficios debe emplearse en función de quienes no tienen un ingreso estable ni reciben un subsidio.
En materia de salud pública, un problema muy grave ha corrido por causa de la insuficiencia de las pruebas. Desde hace varias semanas se requería una gestión más proactiva, así como una mejor coordinación entre entidades públicas, incluyendo el Invima, y las entidades territoriales. Ni la abundante literatura científica sobre la necesidad de las pruebas ni las severas advertencias del Procurador condujeron a la acción inmediata y eficaz en este frente. Por el contrario, aún hoy, reina la confusión sobre las pruebas.
Es alentador ver cómo el sistema de salud ha ganado estos días para ampliar su capacidad de camas hospitalarias, con el apoyo del sector hotelero, y resulta ciertamente esperanzador que los científicos colombianos, académicos y empresarios estén tan avanzados en la producción nacional de respiradores. Y aunque hay un clamor del personal médico frente a su propia protección, el sistema de salud ha demostrado su compromiso y heroísmo.
El aislamiento obligatorio ha funcionado de manera aceptable. Colombia se crece ante la adversidad, y llenan de ilusión los ejemplos de generosa filantropía en todas las escalas. Hay incumplidos e indisciplinados, pero, en términos generales, los colombianos han estado a la altura del desafío.
A los prestantes miembros de la junta del Banco de la República, a quienes mucho respeto, los veo lentos. Necio sería desconocer las primeras decisiones adoptadas en su última sesión, incluida la rebaja de la tasa de interés. Algo es algo. Y entiendo, cómo no, que debe haber una gradualidad en las medidas.
Pero en mi modesto sentir, han procedido con timidez. El desafío que enfrentan el sector productivo y la economía en general es inmenso y debe llevar a considerar, incluso, la autorización de emisión al Gobierno, una medida excepcionalísima consagrada en la Constitución de 1991 para situaciones excepcionalísimas como esta.
Y se aplica para otras autoridades económicas. Es muy importante el fondeo estructurado del Fondo de Garantías para establecer un ambicioso programa de líneas de crédito para las empresas. Pero veo tenues el liderazgo y la concertación con el sistema financiero. Los bancos y entidades financieras han ido presentando programas aislados de apoyo a sus clientes. Hace falta una coordinación sistémica en función de las necesidades y angustias de los clientes.
Es una hora keynesiana. Esto, además de los esfuerzos del sector privado, solo se resuelve a punta de chorros potentes de gasto público, así se descuadre la regla fiscal. Si no actúan rápido, las empresas empezarán a quebrarse y a cerrar. Y los empleos se perderán irremediablemente. El orden de los factores sí altera el producto. La apacible parsimonia analítica de los economistas no es admisible en estos momentos. La plata y el crédito a tasas bajas se necesitan ya."
Bien por Duque. Ese que acometió era el orden correcto de las acciones. Primero la vida, la salud y la mitigación del hambre. En efecto, los recursos para las familias en acción, para los jóvenes en acción y para los adultos mayores han fluido adecuadamente.