El virus chino de 1918 - No era de origen español la gripa española

¿Cómo llegó la famosa gripa española a Colombia en 1918? Varias personas me han hecho esa pregunta, sabiendo de mi interés en escribir sobre la "historia pequeña", la que normalmente no se escribe en los libros oficiales de historia. Algo investigué y aquí lo publico, advirtiendo que se trata de un post de historiador aficionado, sin mucho rigor científico. 


A finales de 1917, en plena Guerra Mundial, surgió un virus muy fuerte en las llanuras de Mongolia. Para comienzos de ese año, el virus se había extendido a China, donde causó fuertes estragos. De allí pasó a India, especialmente en el puerto de Bombay. De Bombay pasó a Rusia y después, al resto de Europa, atacando principalmente a los ejércitos beligerantes, en el frente oriental. Igualmente, en los buques que iban y venían de Europa, llegó a Nueva York en el primer trimestre de 1918.

En medio de la guerra en Europa, el virus llegó a España, país que no estaba en la contienda. Allí comenzaron a estudiar la enfermedad y a alertar sobre la misma, con la curiosa consecuencia que de allí en adelante el virus se conoció como "la gripa española".

Según el relato del médico Pablo García Medina, quien fue un gran estudioso de la pandemia, el buque que presuntamente trajo la enfermedad a Colombia fue el vapor Patricio de Satrústegui, que zarpó de Barcelona a finales del mes de mayo, cuando la gripa reinaba en dicha ciudad, llegando a Colombia el 2 de Julio sin ser sometido a ningún tipo de aislamiento sanitario.  Con 120 inmigrantes españoles, el vapor pasó por las islas Canarias, La Habana, Puerto Rico y Colón, antes de llegar a Puerto Colombia. En ninguno de esos puertos se advirtió nada, a pesar de que a bordo fueron atacados por la gripa la mayoría de los pasajeros. 


En 1918 Puerto Colombia era un puerto muy activo y Barranquilla una ciudad muy pujante. Era la época donde ya se comenzaba a conocer como "la puerta de oro de Colombia". Allí llegaban los barcos internacionales y se distribuían los viajeros por todo el país a través del Río Magdalena. Por esa vía se trasladó el virus hacia Bogotá y otras ciudades del interior, sin afectar mayormente a las ciudades de la Costa. Durante los meses de julio, agosto y septiembre no se advirtió nada importante en el país, salvo algunas noticias que llegaban del exterior.


La epidemia en Bogotá

Los primeros casos de gripa se presentaron en Bogotá a comienzos de octubre de 1918.  En ese momento no se notó que se trataba de una epidemia. Mucho más tarde, a fines de octubre y principios de noviembre, fue cuando se advirtió que se trataba de algo muy grave. A principios de Noviembre la gripa se había propagado al Departamento de Boyacá y también había aparecido en los Departamentos de Antioquia, del Tolima, de Bolívar y del Atlántico, pasando luego a los del Valle y de Caldas. A finales de noviembre también estaban invadidos los dos departamentos de Santander.

Según Pablo García Medina, quien había sido durante varios años Presidente de la Junta Central de Higiene y quien después de la epidemia ocupó el cargo de Director Nacional de Higiene, la población afectada por la epidemia de gripa de 1918 en Bogotá se estimaba en cuarenta mil para el 20 de octubre y para finales del mismo mes la cifra había ascendido a sesenta mil personas. La cifra total estimada de muertes por la epidemia llegó a 1.500 defunciones, y el total de enfermos en la ciudad se estimó en cerca de 100.000 personas, esto es, el 80% de la población.



El médico Jorge Laverde describía así la situación: “Fue tan grande el número de atacados, casi todos a un mismo tiempo, que muchas oficinas públicas y almacenes se cerraron, porque el jefe y todos los empleados estaban enfermos; hubo casas en que la familia y el servicio doméstico estaban atacados y no había quien buscara médico ni trajera alimentos. No hubo un solo establecimiento de educación en donde la gripe no se presentara con caracteres alarmantes; casi todos los colegios se cerraron por falta de alumnos; y, por decreto, en la universidad nacional no hubo exámenes por la misma causa. Todos los servicios urbanos se perturbaron; la vigilancia se hizo difícil, porque casi todos los agentes de policía estaban enfermos, y lo mismo sucedió respecto de tranvías y trenes; elementos indispensables para la vida, como la leche y el pan, se escasearon bastante, porque los operarios y conductores estaban imposibilitados para servir; se suspendieron todos los espectáculos públicos, y las calles de la ciudad, especialmente en la noche, estaban casi desiertas”

Continua Laverde: Del 21 al 31 de octubre, hubo tantos muertos, que se hizo difícil darles sepultura y hubo necesidad de llevar al cementerio cuarenta presos para el efecto; hubo muchas muertes repentinas, principalmente en la vías públicas, y gran número de enfermos murieron sin que los viera médico, tanto por lo rápido de la enfermedad, como porque casi todos los facultativos enfermaron; por esta causa, se acumularon gran cantidad de cadáveres en el anfiteatro de medicina legal y fue preciso hacer 167 autopsias en los nueve días comprendidos entre el 22 y el 30 de octubre, cuando en los diez y siete días anteriores, sólo se practicaron 35. Lo alarmante de la situación en la clase popular, en la cual hubo el mayor número de defunciones por falta de recursos, hizo que se organizara rápidamente una Junta de Socorros, la cual fundó hospitales, repartió víveres, medicinas, etc; que se nombraran médicos y practicantes ambulantes, y que los gobiernos departamental y municipal votaran partidas para atender a estos servicios”




La carta de Laureano

Laureano Gómez Castro, en aquellos años un joven que comenzaba su actividad política escribió en plena epidemia una carta a un amigo, que se ha vuelto muy famosa en estos días. Señalaba el 24 de octubre que la ciudad estaba paralizada y que muchos obreros morían en la calles de Bogotá. Como en Guayaquil o Nueva York en el año 2020, no había como y donde enterrar tantos muertos.


Laureano destacaba que la actividad económica se había paralizado y que los exportadores de café no sabían que hacer. "Salen a las calles hechos unas furias, pidiendo que entremos en la guerra, que nos anexionemos a los yanquis, cualquier cosa, pero que les compren su café". Las clases populares estaban muy afectadas con la carestía del mercado, "lo que ha ocasionado conatos de bochinche". Destacaba que "un limón vale 10 pesos, una naranja 5, una botella de leche, 12. Una libra de carne, 25. Una pastilla de eucaliptol, 3 pesos". 


Se creó una Junta de Socorro que trabajó activamente y montó improvisados hospitales y albergues. Las empresas mostraron su solidaridad en esos tiempos de epidemia. La ciudad, que tenía grandes sectores muy pobres, atendió como pudo la emergencia.



Es curioso, por lo menos para este bloguero, porqué se detuvo la emergencia en la capital. Con el 80% de los bogotanos infectados, ya para diciembre de 2018 había pasado lo peor y la epidemia se detuvo. Las cifras de muertes volvieron a lo normal, la epidemia pasó y no hubo una catástrofe. Ocho meses después, para el Centenario de la Independencia en agosto de 1919, Bogotá celebró por todo lo alto, con varios días de festejo. La epidemia fue muy fuerte un par de meses, a nivel mundial produjo millones de muertos, pero fue algo corto en Colombia, sin dejar grandes secuelas. No sé si ese dato servirá para nuestra actual situación.

Es curioso, por lo menos para este bloguero, porqué se detuvo la emergencia en la capital. Con el 80% de los bogotanos infectados, ya para diciembre de 2018 había pasado lo peor y la epidemia se detuvo. Las cifras de muertes volvieron a lo normal, la epidemia pasó y no hubo una catástrofe. 

La cifra oficial de muertos en Bogotá fue de 1.406, presentada por la Junta de Socorros, entidad privada creada específicamente para combatir la epidemia. Los muertos en Boyacá pasaron de 3000. A nivel mundial, la situación fue otra, como se puede mirar en estas cifras: Según las estimaciones de Wikipedia, se estima que en China murieron 30 millones de personas, alcanzando una mortalidad del 40 % de la población en algunas zonas. En Estados Unidos, cerca del 28 % de la población padeció la enfermedad y murieron entre 500 000 y 675 000 personas. En el Reino Unido murieron 250.000,​ en España 200.000. En Venezuela 25.000,​ en Argentina oficialmente 15.000, en Francia 400.000 y en Italia una cifra similar.​ En la India británica fallecieron de 10​ a 17 millones. ​Estimaciones de universidades serias mencionan que la cifra mundial pudo estar entre 50 y 100 millones de víctimas.

Para este artículo, que escribo sin ningún interés económico, he tomado datos de diversas fuentes, que incluyo aquí:

1. La pandemia de gripe de 1918-1919 en Bogotá y Boyacá, 91 años después Fred G. Manrique-Abril1,2, Abel F. Martínez-Martin, Bernardo F. Meléndez, Juan M. Ospina
2.  https://es.wikipedia.org/wiki/Pandemia_de_gripe_de_1918
3. Dudas y Desasosiego ante la epidemia de Gripa en Bogotá, Colombia, en 1918. Juan Carlos Eslava Castañeda, Marcela García Sierra, Sandra Bibiana Bernal Olaya.
4. LA PANDEMIA DE GRIPE DE 1918: Un caso de subsunción de lo biológico en lo social. Liliana Henao-Kaffur, Mario Hernández-Álvarez. 

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