Una Semana Santa sin sombreros de playa ni protectores solares
Transcribo este mensaje del padre Jorge Humberto Peláez S.J. Rector Universidad Javeriana, con motivo de la Semana Santa de este año 2020:
"Cada año la Iglesia nos recuerda que la Cuaresma es un periodo de reflexión y cambio interior para prepararnos a la celebración de la Pascua del Señor. Nunca nos imaginamos que esta Cuaresma se desarrollaría en un contexto como el que estamos viviendo.
En 2-3 semanas cambió la vida de la humanidad. Desaparecieron todas las seguridades y navegamos en medio de la incertidumbre. Hace pocas semanas, las empresas habían empezado a presentar a sus accionistas los Estados Financieros con magníficos resultados y anunciaban jugosos dividendos. Y hoy se habla de una recesión mundial.
En 2-3 semanas cambió la vida de la humanidad. Desaparecieron todas las seguridades y navegamos en medio de la incertidumbre. Hace pocas semanas, las empresas habían empezado a presentar a sus accionistas los Estados Financieros con magníficos resultados y anunciaban jugosos dividendos. Y hoy se habla de una recesión mundial.
La exhortación cuaresmal a la reflexión y al cambio adquiere dimensiones insospechadas. Aprovechemos estos días de la Semana Santa para convertir este dolor en una oportunidad de transformación. La humanidad no tendrá futuro si seguimos con estos egoísmos desbordados, las inequidades que hacen terriblemente vulnerables a los pobres, el modelo económico depredador de la naturaleza. Hace poco, los científicos afirmaban que la expectativa de vida superaría los 100 años, en muy buenas condiciones; pocas semanas después, los mayores de 70 años estamos aterrorizados porque un simple contacto físico casual nos puede costar la vida. Ojalá los aprendizajes que nos deja el coronavirus no desaparezcan cuando recuperemos el ritmo de nuestras actividades.
La proximidad de la Semana Santa significaba, para muchas familias, la ilusión de unas vacaciones. Con entusiasmo preparaban las maletas, empacaban vestidos de baño, sombreros de playa y se aprovisionaban de protectores solares. Pocas semanas después estamos en la compra frenética de alimentos, medicinas y utensilios de aseo. ¡Cómo son de frágiles los proyectos humanos!
Este inusitado camino cuaresmal nos está exigiendo cambios radicales en nuestro modo de vida. No es fácil vivir juntos las 24 horas del día; debemos acondicionar nuestras viviendas para que sean lugares de trabajo, aulas de clase, dormitorios, comedor y gimnasio. ¡Y todo en unos pocos metros cuadrados! Si la palabra bíblica de conversión significaba cambio, el coronavirus nos está obligando a ello. Necesitaremos grandes dosis de tolerancia y comprensión porque no sabemos cuánto tiempo durará la emergencia.
Que esta Semana Santa sin sombreros de playa ni protectores solares, sea un espacio de reflexión y encuentro con los valores profundos de la vida, tan descuidados en el trajín diario. Que nos reencontremos con Jesucristo, con la oración, con el diálogo familiar, el trabajo colaborativo y la tolerancia."
La proximidad de la Semana Santa significaba, para muchas familias, la ilusión de unas vacaciones. Con entusiasmo preparaban las maletas, empacaban vestidos de baño, sombreros de playa y se aprovisionaban de protectores solares. Pocas semanas después estamos en la compra frenética de alimentos, medicinas y utensilios de aseo. ¡Cómo son de frágiles los proyectos humanos!